Los antiguos cucapá realizaban fiestas entre las distintas bandas o incluso con otros grupos étnicos. En estas fiestas, que se prolongaban hasta cuatro días, había comida en abundancia, danza y cantos, se jugaban distintos juegos y había carreras de caballos.
Los rituales cucapá correspondían al ciclo de vida de las personas:
El de pubertad en las mujeres, en el que la madre instruía a la hija sobre el cuidado del cuerpo.
El de la muerte de un cucapá, en el que se vela durante varios días, con danzas y cantos que aluden a su mito de laceración. Este ritual todavía se conserva en nuestros días si bien, por razones de seguridad o porque las construcciones ya no son de material inflamable, la quema se sustituye por el abandono de la casa, con todas sus propiedades dentro, y al cabo de un año puede ocuparla algún amigo o conocido, pero la familia tiene que construir o trasladarse definitivamente a otra morada.
Con respecto a los juegos, antiguamente formaban una fila larga, a caballo, en la que los jinetes imitaban algún sonido de aves. Otras veces eran carreras de burros, caballos y de personas, así como juegos con flechas.
Actualmente celebran algunas competencias de voli-bol o una especie de hockey, llamado utas, entre los cucapá de Baja California, Arizona y Sonora.