01 Dec
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Según el testimonio del capitán Hernando de Alarcón, tanto hombres como mujeres usaban pinturas faciales y corporales. Los hombres usaban tocados de pluma y collares de chaquira de hueso, con pendientes en las orejas y nariz, y cinturones con manojos de plumas y las mujeres vestían únicamente falda de corteza de sauce. Este vestido de la mujer durará hasta principios del siglo XX.

Con respecto a la pintura facial y corporal eran de 4 colores: negro, blanco, rojo y amarillo.(por ejemplo, las mujeres solteras se pintaban una cruz en la frente y las casadas un círculo y dos rayas paralelas que parten de las comisuras de los labios). En ocasiones, esta pintura facial se alargaba hasta la cintura. En ciertos rituales también se realizaban tatuajes, tanto hombres como mujeres. La pintura la obtenían de minerales.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX la indumentaria cucapá adoptó elementos del vestido occidental: los hombres pantalones y camisetas con jeroglíficos pintados con anilina, y las mujeres vestidos largos de percal con pañuelos de colores sobre los hombros a modo de capa y pectorales de chaquira.

También a principios del siglo XX los hombres comienzan a recogerse el cabello con un molote cubierto con una mascada, el SOPEJ que sustituía el adorno con plumas y cascabeles de víbora. Este sopej todavía lo usaban en los años 70.

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